Intento dormir, pero no puedo. Hoy ha sido un día difícil.
Luis era una persona feliz.
Su mujer, su hija, sus amigos, su trabajo.
La vida simple y sin complicaciones de un espíritu bueno que necesita, tan solo, lo que puede ver y tocar.
Hoy le he visto en el hospital deshecho en llanto. No puedo quitármelo de la cabeza.
Hoy ha nacido su hijo. Le veo delante de aquel cristal que protege las cunitas de los recién nacidos. Hay un niño diminuto. Me lo enseña.
Parece como los otros bebés, pero ¡no! no es igual. Este es un niño diferente, por eso será especialmente querido.
El padre va al otro lado del cristal. Es grande y fuerte y ahora acuna a su hijo con una delicadez infinita, como si fuera un tesoro. Como si quisiera transmitirle su calor y decirle, sin palabras, que su amor le salvará.
El me ha mirado y he visto las lágrimas que brillaban en su cara. Una de ellas ha caído sobre la carita del bebé. El pequeño ha abierto los ojos. El padre ha sonreído.
Y yo me he alejado de allí con el alma hecha añicos.
Al llegar al coche era yo la que lloraba.
¡Cómo te puede cambiar la vida en un minuto¡ No lo entiendo.
Me pregunto si podemos dirigir nuestro destino o somos meros espectadores de un futuro ya establecido.
Quiero pensar que decidiré los caminos por los que quiero transitar, pero algunas veces dudo de que yo pueda decidir algo.
Luis era una persona feliz.
Tu escrito me ha llegado al alma y corazón. La vida es nuy triste y comprendo perfectamente lo que ese padre está sufriendo… lo comprendo mucho mejor que otras personas no hayan pasado por la triste experiencia de haber perdido un hijo. YO lo se por mi propia carne, no hay nada más triste en la vida que perder a un hijo.
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Y yo te entiendo a ti, querida Rosa. La vida es terrible e injusta, pero hay que seguir viviendo. Cueste lo que cueste.
Un beso sincero y cercano…
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Se me ha roto el corazón, preciosa. Si algo que pides a Dios cuando vas a ser padre, es que tu pequeño nazca sano y sin problemas. ¡¡Cuánto dolor habrá en cada una de las lagrimas de esos padres!! Un fuerte abrazo cargado de esperanza.
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Es tremendo e injusto. Yo, no lo puedo entender. Me pregunto donde está la justificación para que pasen cosas de ese tipo. ¿Es necesario hacer sufrir a una persona de esa manera?
Yo, no lo entiendo.
Mil besos Cris y mi cariño…
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He pulsado el «me gusta» porque no hay un botón de «estoy contigo». Si el pequeño de Luis es sólo eso, pequeño, muy pequeño, prematuro… luego será un tirilla con una vitalidad especial; si no es así, hay que gritar que la vida no es justa y que haría bien en respetar el orden. En todo caso, te mando un abrazo con calor, para ti, para Luis y para el niño.
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Hola Emma,
Este niño, nunca será un tirillas, por eso me parece todo tan terrible y sin sentido, que gritar lo injusto que es, es lo menos que se puede hacer.
La vida no respeta el orden, porque la vida, parece no sentir.
Un abrazo bien grande…
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Uno elige su destino a partir de una imposicón… y luego de de ora y de otra, y así nuestro existir camina en la libertad de elección de vivir de una o de otra manera cada imposición…
Hay minutos y horas que se hacen muy angustiosas, y hay veces que tras ello hay liberación pero otras la angustia y el trauma se quedan ahí pegados para siempre…
Un beso.
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Sí, Alberto, pero hay imposiciones que me parecen tan crueles, que no les encuentro ningún sentido.
Elegir, hay que hacerlo, pero, algunas veces, te dejas el alma en ello.
Mil besos…
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Cielete… no me atrevo a…
Un beso.
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Hola, mi querido Josep,
¿Verdad que hay situaciones en las que las palabras no alcanzan a mostrar el dolor? Pues esta podría ser una de ellas.
Feliz de verte aquí.
Muchísimos besetes…
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La felicidad es frágil y hay situaciones en la vida muy duras que lógicamente no elegimos pero la felicidad también sabe encontrar resquicios por los que volver a colarse aunque en ciertos momentos parezca imposible. Muchos besos
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Eso es lo que da miedo, Eva. La fragilidad de la felicidad, porque aunque luchemos con uñas y dientes por ella, hay situaciones que nos hacen pensar que nunca la volveremos a recuperar.
Yo pienso, siento, que volverá a colarse por esos resquicios, pero constará mucho tiempo y muchas lágrimas.
Un abrazo, querida…
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Quién sabe, si ese niño más tarde es una alegría y un foco de amor para sus padres y para todos. La vida es un misterio. Mil besos, querida.
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Hola preciosa,
Sí, quisiera pensar así, pero algunas veces es duro tropezarse con esa realidad para la que no tienes explicación.
Un beso de esos grandes…
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Te felicito por esta entrada sobre tema duro y difícil, que normalmente se quiere dejar a un lado; a mi me parece que hay que tratarlo porque nos cuestiona, revuelve algo que nos resistimos a que pierda su lisura en nuestros adentros, y nos insta a buscar respuestas o posturas ante el hecho, aunque sea difícil encontrarlas. Quizás, después de ese primer mazazo que derrumba, la vida vuelve a ser «la vida, con todo lo que lleva», y volverá con sorpresas de todos los colores aún en estos casos. Yo llevo muchos años trabajando con estas personas que, desde fuera parece parece tenerseles lástima, y te puedo decir que no son los menos felices, son «como son», y con esa naturalidad y cariño hay que tratarles.
Un abrazo
Ramón
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Estoy segura de que es así, Ramón, pero tienes que ir creando esa fuerza que te ayude a comprender algo, que en un principio no tiene una explicación que puedas entender.
Llegar a la comprensión de lo que ha pasado, es una labor difícil, pero tengo entendido que muy gratificante.
Y si además a todo ello le sumamos el amor, la naturalidad, se convierte en una actitud normal.
Gracias por estar aquí y un besote bien, bien grande…
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No sé si la vida es justa o injusta, lo cierto es que este camino es así, durísimo muchas veces, al margen de las decisiones que hayamos tomado con anterioridad. Creo que Alberto lo ha expresado bien. Podemos decidir algunos caminos, pero otros nos vienen impuestos y ahí tenemos que valorar de qué manera afrontarlos. Mi apoyo a Luis y a su pareja. el momento tiene que ser terrible. Un beso María.
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Querida Libe,
Estoy también de acuerdo con Alberto, pero pienso que en los primeros momentos ese punto de rebeldía ante lo que nos parece duro y cruel, nos lleva a plantearnos lo injusto de la vida.
Luego el tiempo y, como le digo a Ramón, el amor hace el resto.
Un abrazo, queridísima…
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Este asunto me «toca» de lleno; la lectura de tu texto me ha encogido el corazón y dejado sin palabras. Me solidarizo con vuestras lágrimas.
Un fuerte abrazo.
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Todas estas situaciones nos encogen el corazón hasta las lágrimas. Al final sólo queda la esperanza y el amor.
Un fuerte abrazo, Isabel…
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Muy fuerte y muy triste…No voy a comentar nada más…
Besos corazón
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Es que, querida Ana, no hay palabras que puedan definir algunas situaciones.
Un beso muy cercano…
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La vida te cambia en un instante. Se de casos que niños que han nacido mucho antes, luego han luchado y ahora son jóvenes.
Un abrazo muy fuerte Maria
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La vida es caprichosa, mi querida Cristina, pero ahí seguiremos con esperanza, porque no hay otra forma de vivir.
Un abrazo, bonita…
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La vida puede cambiarnos en un instante por mucho tiempo que empleemos en controlarla y dirigirla hay algo que se nos escapa y a lo que no llegamos y quedamos como plumas a su merced………..
Un Abrazo María 😦 .
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Sí, Joaquin, la vida nos zarandea a su capricho y bastante hacemos con mantenernos de pie e intentando entenderla.
Un abrazo fuerte, fuerte…
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Yo tampoco tengo palabras adecuadas …….
A veces la vida trata muy mal!
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Pues sí, Anna, algunas veces, llegas a pensar que la vida es una madrastra muy mala.
Un beso fuerte, querida…
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Es tan injusta la vida. Venimos a sufrir, pero no comprendo que tanto daño hemos hecho como para que sea tanto el dolor.
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Hay momentos en los que puedes llegar a entender, pero hay otros, Olga, en los que el dolor te nubla de tal manera que es imposible pensar.
Un abrazo enorme…
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Así es y es muy difícil apartar esa niebla.
Abrazotes.
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Hay veces en que uno no puede decir más que obviedades. el nudo en la garganta parece que impidiera salir a las palabras adecuadas. me quedo con la observación de Alberto Diéguez, más que precisa: «Uno elige su destino a partir de una imposición…» Creo que ésa es la expresión que mejor expone lo que es esta cosa extraña en la que estamos sumidos.
Cariños.
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Y tan extraña es, que algunas veces, por mucho que intentemos entenderla, es imposible.
Sobre todo, querido Borgeano, en los momentos en los que nos duele hasta el corazón.
Un beso de esos míos, ya sabes, de agua…
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Hola Maria
Muy triste post tocas un tema muy delicado y no voy a comentar más
La observación de Alberto muy buena.
Besos guapa
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¿No tienes palabras, verdad Carmeta?
Es que no existen las palabras para expresar el dolor en su estado más puro.
Mil besetes, preciosa…
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