Se ha despertado el día tristón y las nubes como pequeños copos blancos, no dejan pasar apenas la luz. Un día que anuncia la llegada del invierno. Una estación en la que me esfuerzo por encontrar algo que me haga quererla, pero, nunca lo encuentro.
Quizá por eso, mi poema es algo triste.
Siento
Siento la noche sobre mí
Como un manto que presta calor a mis venas.
La sangre, como el verso, inunda mi cuerpo,
Y convoca los recuerdos,
Que pugnan por volver y quedan atrapados en mi garganta.
Su voluntad es más fuerte que la mía,
Y el eco de los días,
Se convierten en caminos sin retorno,
Con la sola compañía de la añoranza.
Las lágrimas rompen la armadura de mi cuerpo,
Y convierten en heridas,
Cada gota que se desliza por mi pensamiento.
Recordar es escribir el último verso de tu historia.
Tu historia que es la mía.
Sed felices…
Hermosos versos para un tiempo que nos exige ser más prosaicos. La despensa atendida, la leñera dispuesta para combatir el frío y con la biblioteca bien surtida. Sobran motivos para sentirse vivo y alegre. Un besazo María.
Dicen que quién se consuela es porque nunca echa de menos lo que nunca tuvo.
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Mi querida Carlos, tus palabras son muy sensatas. Lo cierto es que tener la despensa atendida, los leños en la leñera y una buena cantidad de libros, es suficiente para sentirse vivo y alegre. Quizá vivir sea tan fácil como disfrutar de lo que tienes (que es mucho) y que todo fluya. Mi abrazo inmenso, amigo mío.
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Hoy llueve como me gusta, a modiño, que dicen en Galicia. Las nubes están bajas, son como niebla sobre las cabezas, me llevan al tiempo en que llovía y yo era un joven bajo el paraguas. Y no te digo que no estés triste, porque la tristeza y la melancolía también nos humanizan, en estos diciembres fríos que responden a su ser. Con todo mi calor, un fuerte abrazo, amiga.
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Querido Alfonso, hay momentos en que la añoranza te envuelve y necesitas un esfuerzo añadido para disfrutar de la belleza del invierno, pero, a mí, como a ti, también me gusta la lluvia ☔️ a modiño. Me quedo con ese calor que viene de tu abrazo y que noto muy cercano. Te dejo otro infinito, amigo.
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Mi querida María, lamentablemente vuestro invierno se queda en el frío de la estación, os falta la alegría y la paz de un paisaje nevado, esa y no otra es la alegría del invierno.
En cuanto a tus versos, deliciosos como siempre y nos transmiten el calor de tu presencia.
Yo he regresado a mi tierra natal, Euskadi y desde aquí te envío un millón de besos y un gran abrazo que te caliente el alma.
Mitxel
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Ay, Mitxel, el paisaje nevado es algo lejano por este mediterráneo cálido, pero incluso aquí puedes encontrar esa paz invernal. Me alegra que hayas regresado a tu Euskadi natal. Es bonito regresar. Yo lo acabo de hacer hace apenas dos años y me siento feliz. Y también desde aquí te envío un abrazo con todo el calor de la amistad y el cariño.
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Hermosos versos con una mezcla de nostalgia y un poco de miedo al frío. Felices fiestas
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De todo eso hay en mi poema, mi Carmeta. Gracias por visitarme. Abrazo fuerte, fuerte y felices fiestas.
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